
Abril 2008
Precio Medio: ?
Por fin, ya lo he encontrado. Un restaurante excepcional. Por local, por trato y sobre todo, por la comida.
Es una antigua casa de pueblo, en Carcaixent, puesta al día pero sin rehabilitar, de modo que conserva ese encantador sabor antiguo. Lo comedores corresponden a las diferentes habitaciones originales, por lo que depende del número de comensales (en nuestro caso siete) te ubican en el comedor adecuado.
No hay carta, así que hay que dejarse guiar por las innumerables recomendaciones. Esto si es cocina de mercado. Como entrantes nos decidimos por las alcachofas rellenas de setas, el bacalao con all i oli sobre tostada de pan frito y nos presenta a un fantástico 'dentol' de playa, dificilísimo de ver hoy en nuestros restaurantes, por el que optamos casi todos sin pensárnoslo. Lo cocinan a la sal y lo bordan: textura, sabor, cocción increíbles. Una autentica delicia.
categoría y pan tostado de gran calidad.
Para finalizar, excelentes postres caseros. Entre los que probé un magnífico helado de chocolate y un espléndido requesón con membrillo acompañado por un delicado moscatel de Enrique Mendoza.
No vean como se disfruta una excelente cocina, en este ambiente, con estas herramientas y recibiendo un trato profesional.
Sin embargo es un restaurante que merece ser visitado, por todo lo citado anteriormente.
Por cierto, cierra domingos.
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