Playa de Daimús
mayo/2015
Precio: 70€

Vaya restaurante bueno, con un emplazamiento ideal. No
sabíamos que tenía una estrella, pero salimos encantados de allí. Un trato
cordial sin ser pedante, un precioso salón junto al mar, mesas magníficamente
vestidas, amplias, con una buena separación.
Una bodega brutal, con referencias también internacionales,
cosa que adoro, y con una cristalería a su altura.
En la carta, información sobrada sobre alérgenos. Nos
decidimos por un menú corto, el precio nos parece rompedor. El servicio anda
rápido, cosa que agradecemos. Y salvo un par de parones, todo fluye con el
ritmo necesario. Por cierto, el salón está lleno.
Buen pan y aceite, ambos ecológicos. Y los platos empiezan a
salir; Guacamole, croquetas de bacalao, foie, mollete de maruca, coca de la Safor
con jurel, taco de atún, ensalada caprese, ostra al pinot gris, canelón de
ternera y por último, una generosa ración de arroz de sepia y coliflor. Un
refrescante postre de limón y frutos rojos y un detalle de la casa para
acompañar el café. Si les digo que estaba todo cojonudo, fresco, crujiente, en
su punto, sabroso y original, que lo regamos con mi adorada Gewurztraminer
Alsaciana y nos salió por 70€ por cabeza, ¿cómo se quedan?
Además, salimos
llenos pero con esa sensación de ligereza que solo da un menú bien pensado y
con ingredientes de calidad. Repetiremos, seguro.
Recomendable. Aquí hay oficio.