viernes, julio 14, 2006

La Cuina de Can Pipes

Restaurante: La Cuina de Can Pipes
Localidad: Mont-ras (costa brava, Baix Emporda)
Comensales: 2
Julio 2006
http://www.canpipes.com/
Precio Medio: 90€

Primera visita a este restaurante de reconocido prestigio (1* michelín). Todo por investigar, mucho que tocar, oler, mirar, comer....
El restaurante esta ubicado en una masía (es realmente difícil llegar, sobre todo por las obras que hay en este momento), maravillosamente restaurada y acondicionada. La terraza es fantástica y tiene un edificio anexo donde degustar un buen habano y una copa de tu licor preferido una vez finalizado el ágape, detalle de agradecer a quien gusta de estos menesteres.
Nos decidimos por cenar dentro del local. Magnifico, bien dispuesto, con techos muy altos, altísimos. Mucho cristal y piedra. En definitiva, un restaurante espectacular.
Vajilla, cubertería y cristalería a la altura de las circunstancias. Digno de mención es el esmerado, atento, profesional y hasta en ocasiones simpático trato, del personal de servicio. Muy en particular el sumiller, que nos acertó el vino en una inabarcable y contundente carta de bodega que te puede llevar leer una noche entera, con una magnifico rioja Baigorri de precio contenido (28€+iva). Apuntar que en verano hay que mantener la tempertura de servicio del vino durante la cena/comida, cosa que descuidaron y que es imperdonable ya que se soluciona con autentica sencillez, maxíme teniendo en cuenta que el vino estaba a temperatura idonea al ser descorchado.

Una vez tomada nota de los platos, pasamos a los aperitivos; originales y correctos aunque algo escasos, acompañados de un Vermouth de calidad (aunque no tenian mi favorito: Perucchi). Pedimos un entrante de mar y montaña para compartir a base de carpaccio de pies de cerdo con tallarines de calamar y cigalas que era una autentica delicia. Bien presentado y auténticamente sabroso.
Platos principales: Arroz marinero, sencillamente increíble, con un sabor, textura y cocción del arroz maestra, y cerdo ibérico caramelizado que se te deshacía en la boca y que denotaba un trabajo excelente en cocina.
Postres soberbios. crema catalana granizada (buenísima) y una revisión del volcán de xocolate que, por fin, estaba fantástico y no como en otros restaurantes.

Los platos en general, soberbios, pero se pongan como se pongan y sea la moda que sea, con los precios astronómicos que se gastan (una media de 36€ x plato y 13€ x postre) sería generoso ofrecer al cliente un aumento de la ración servida.

Buen café y variedades infinitas de whiskys de malta completaron una velada fantástica.
Respecto al whisky, apuntar de nuevo el tema de la temperatura de servicio ya que si bien en invierno lo ideal es beberlos sin hielo, en verano se hace del todo imprescindible enfriar la copa de servicio.
Finalizamos la noche con una breve, pero atractiva visita, a la bodega pequeña donde se escondían autenticas joyas de la corona para paladares exquisitos y bolsillos acomodados, a citar entre otros Château d'Iquem, Palo Cortado 1971, riojas decanos, etc.